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24/7/365

Es de lo más común que los recursos materiales de una clínica sólo reciban la atención mínima indispensable, es decir, reparaciones menores o superficiales al momento en que presentan averías. Y aunque este método puede parecer sostenible, lo cierto es que acelera el deterioro de equipos, sistemas y estructuras, además de que genera mayores gastos por reparación y sustitución a largo plazo. Ante este escenario, la mejor decisión es adoptar las metodologías especializadas del mantenimiento hospitalario. ¿Ya las conoces?

¿Qué es el mantenimiento hospitalario?

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El mantenimiento hospitalario es un conjunto de estrategias destinadas a la conservación de la infraestructura que posibilita el funcionamiento de una unidad médica. Su objetivo es planificar, programar y aplicar medidas de prevención y corrección que no sólo garanticen el curso de las actividades del recinto, sino que las potencien.

La principal función de este tipo de mantenimiento es elaborar y ejecutar un plan de atención a elementos estructurales y recursos tecnológicos que anticipe sus potenciales fallas y neutralice probables contingencias. Para ello, realiza detallados registros de las características, la frecuencia de uso y el entorno de cada uno de los recursos de la dotación hospitalaria, así como inventarios que cuenten con piezas de repuesto y herramientas suficientes para cumplir con las metas del plan de trabajo.

Por lo general, se afirma que la finalidad primordial del mantenimiento es impulsar la productividad y mejorar la salud financiera de una institución sanitaria. Sin embargo, su misión fundamental es proporcionar entornos de trabajo seguros y funcionales para todo el personal. Los mejores métodos de mantenimiento maximizan la eficiencia a través de una visión donde disciplina y humanitarismo coexisten equilibradamente.

Tipos de mantenimiento hospitalario.

El mantenimiento hospitalario consta de procedimientos definidos que, si bien no se alejan mucho de los principios fundamentales del mantenimiento, sí se especializan en la infraestructura específica del sector. De este modo, encontramos que un plan enfocado en instalaciones médicas ofrece soluciones de protección y optimización para:

  • Instalaciones físicas: muros, pisos, techos, cerraduras, etc.
  • Equipo biomédico: tecnología destinada a la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades, así como a la rehabilitación de pacientes.
  • Equipo industrial: plantas y redes eléctricas, sistemas hidráulicos, de refrigeración y HVAC de uso hospitalario, manifolds de gases medicinales, etc.
  • Equipo de comunicación e informática: sistemas de computación, telefonía y radiocomunicaciones, así como bases de datos y plataformas de procesamiento de información.

Por otra parte, esta modalidad se sirve de los cuatro tipos de estrategias de mantenimiento, cuyas acciones, según la falla que se presente y el tiempo en que se atienda, se distinguen de acuerdo con la siguiente clasificación:

 Mantenimiento preventivo.

Esta metodología se concentra en realizar inspecciones programadas y periódicas a fin de evitar desperfectos técnicos en un corto, mediano y largo plazo. Sus tareas se limitan a la realización de revisiones minuciosas acompañadas de limpiezas, ajustes y sustitución de componentes tecnológicos esenciales.

Mantenimiento predictivo.

Su objetivo es monitorear constantemente el estado de los sistemas mediante procedimientos de mayor complejidad, como la termografía o los análisis de vibraciones, aceite, desgaste de partículas y ultrasonido. De esta manera, detecta anomalías que podrían desembocar en una disminución del rendimiento del equipo en cuestión o, en el peor de los casos, en una costosa y/o riesgosa avería.

Mantenimiento correctivo.

Su meta es solucionar las fallas repentinas que interfieren con las actividades de una clínica u hospital, restableciendo su funcionamiento en el menor tiempo y con el menor impacto posible en el equipo o instalaciones. Como comentábamos en la introducción, este tipo de mantenimiento suele ser el más socorrido; no obstante, aunque su implementación es benéfica y necesaria, el abuso de su metodología puede propiciar situaciones de emergencia.

Mantenimiento urgente.

Esta modalidad se orienta hacia la resolución rápida, segura y efectiva de averías no previstas y que, además, representen una amenaza para el personal o la infraestructura del recinto médico. Sus acciones suelen tener un costo más elevado y a veces, inevitablemente, interrumpen el flujo de actividades del centro de trabajo.

Como salta a la vista, cada tipología aporta al mantenimiento hospitalario distintas herramientas para salvaguardar, subsanar e incluso modernizar las instalaciones de una unidad médica. Lo más conveniente siempre será buscar asesoría profesional y experimentada en el diseño de planes de mantenimiento integral que pueda definir con precisión las medidas necesarias para cada equipo e instalación.

Fases del mantenimiento hospitalario

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El proceso de gestión del mantenimiento enfocado en instituciones sanitarias debe ser meticuloso. Cualquier error en la planificación o ejecución de las tareas preventivas o correctivas puede afectar gravemente a los pacientes e incluso provocar muertes imprudenciales, o bien, atraer a la clínica u hospital severos problemas legales y administrativos, como demandas, multas y hasta clausuras.

Para evitar un escenario catastrófico, el servicio o póliza de mantenimiento que contrates debe seguir un estricto protocolo y contar con un equipo altamente calificado y capacitado para tomar las mejores decisiones. A propósito, los indicadores elementales a seguir son:

  • Programación: las inspecciones de mantenimiento preventivo se deben calendarizar con al menos un año de anticipación. Dentro de este cronograma, debe contemplarse asimismo la organización mensual de las revisiones, a fin de fortalecer el control y monitoreo del equipo e instalaciones.
  • Verificación: los planes de trabajo anual y mensual deben revisarse constantemente para prevenir y coordinar tanto al equipo técnico comisionado como al resto del personal acerca de los procesos que se llevarán a cabo. Idealmente, esta revisión debe realizarse al comienzo de cada mes.
  • Ejecución: el equipo técnico cumple con las tareas calendarizadas. Su labor debe efectuarse con un riguroso apego a los tiempos señalados en el plan de trabajo, respetando siempre las recomendaciones de los fabricantes y los protocolos de seguridad y bioseguridad. En esta fase, el solicitante debe proporcionar refacciones, en caso de ser necesarias, y designar un técnico responsable del resto del equipo, quien elaborará también un reporte de servicio.
  • Revisión: una vez que finalice el trabajo correctivo, se debe realizar una limpieza interna y externa del equipo reparado, o en su defecto, del taller o sitio en que se llevó a cabo la labor. Posteriormente, se debe constatar que el equipo opere correctamente por, al menos, 15 minutos. Al finalizar la prueba, tanto el solicitante de los servicios como el trabajador técnico responsable deben diligenciar y firmar el reporte con los datos pertinentes.

Beneficios del mantenimiento hospitalario

Preservar el buen funcionamiento de la infraestructura médica es tan imprescindible como el personal que hace uso de ella. Detrás de cada revisión de rutina, intervención quirúrgica y estudio de laboratorio, están las estrategias de mantenimiento hospitalario y el esfuerzo del personal técnico que las implementa. Sin embargo, además de sus contribuciones sociales, esta modalidad trae consigo atractivas ventajas económicas, tales como:

  • Mayor rendimiento de recursos: la prevención y corrección inmediata de fallas prolonga la vida útil de equipos, sistemas y estructuras, reduciendo así los gastos por reparación y sustitución.
  • Optimiza los tiempos de operación: la atención oportuna de averías permite programar su reparación y evitar interrupciones en las actividades del hospital.
  • Mejora la confiabilidad: la inspección constante de las instalaciones genera un sentimiento de confianza tanto en los pacientes como en los empleados, lo cual atrae a nuevos clientes y mejora el rendimiento del personal.
  • Evita problemas legales: infringir las estipulaciones emitidas por las dependencias gubernamentales encargadas de supervisar áreas como protección civil, seguridad sanitaria y cuidado ambiental implica cuantiosas multas y riesgos para la operación de una clínica.

Ahora que conoces los beneficios del mantenimiento hospitalario, es momento de contactarnos. En Mantenimiento HC, estamos disponibles las 24 horas del día, los 365 días del año, listos para brindar soporte a tus instalaciones y equipos especializados. Visita hoy nuestro sitio web, conoce nuestras pólizas y diseña junto a nosotros el mejor plan para optimizar la infraestructura de tu negocio. 

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Mantenimiento Hospitalario y Corporativo (MHC) es la respuesta inmediata que necesitas para prevenir, detectar y corregir toda falla que afecte el excelente funcionamiento de tu instalación, equipo o infraestructura.

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