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24/7/365

No es ningún secreto: en México, existe un desarraigo general de la cultura de la prevención. En los diversos sectores empresariales, por ejemplo, existe una notable preferencia por las metodologías del mantenimiento reactivo, es decir, las reparaciones que se realizan cuando un equipo o sistema presenta una falla. Y aunque esta estrategia es funcional, sólo lo es bajo circunstancias determinadas, por lo que sus ventajas, comparadas con los beneficios del mantenimiento preventivo, son relativamente limitadas. 

Por otro lado, si bien es cierto que los procedimientos del mantenimiento programado requieren de una considerable inversión de recursos, también lo es que su aplicación disciplinada deriva en una optimización a corto plazo de la seguridad, la calidad y la productividad de una empresa. ¡Toma nota!

¿Qué es el mantenimiento preventivo? 

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Este tipo de mantenimiento se enfoca en llevar a cabo inspecciones y correcciones planificadas, con el propósito de evitar futuras averías en los sistemas de producción de un negocio. Esta misión requiere de técnicos especializados, quienes se sirven de modernas herramientas de monitoreo para efectuar desde tareas simples, como limpiezas y ajustes menores, hasta trabajos más complejos, como sustitución de piezas y reparaciones integrales.

En rigor, las acciones de revisión periódica alcanzan su máximo potencial una vez que logran respaldar, de manera activa y constante, al conjunto total de una infraestructura, es decir, tanto a los activos tecnológicos y demás bienes materiales, como a las instalaciones físicas que los resguardan. Por supuesto, todo este control debe ejercerse bajo los más estrictos estándares de legalidad, calidad y sostenibilidad. 

Pese a su gran eficacia, las soluciones del mantenimiento preventivo se emplean exclusivamente en ciertas situaciones y bajo criterios bien definidos. Sus métodos se aplican únicamente a los equipos y sistemas cuya avería podría afectar gravemente o imposibilitar las actividades de un negocio. Además, sus tareas se deben calendarizar meticulosamente para incrementar la precisión de sus intervenciones y evitar acciones de mantenimiento que requieran de una mayor inversión de tiempo y dinero. Por otra parte, también debe evitar atender activos de baja prioridad o de bajo costo cuyo mantenimiento o sustitución son más baratos bajo la metodología reactiva.

Beneficios del mantenimiento preventivo.

Al mejorar y modernizar de manera continua los equipos y sistemas de una empresa, las acciones de inspección y corrección anticipadas impactan positivamente en la competitividad y la sostenibilidad de un negocio. En resumen, los beneficios del mantenimiento preventivo son:

Mayor control.

Un paso esencial en la metodología del mantenimiento programado es el monitoreo periódico de activos. Esta tarea tiene el objetivo de detectar anomalías y desgastes con la antelación suficiente para subsanarlos antes de que deriven en una falla, riesgo o accidente. De esta manera, se optimiza la gestión de la infraestructura y del flujo de trabajo, y se elabora un historial de cada equipo que permite incrementar la precisión de su mantenimiento a mediano plazo.

Mayor rentabilidad.

Uno de los mayores beneficios del mantenimiento preventivo es que, mediante revisiones y reparaciones sistemáticas, garantiza que los activos completen, e incluso prolonguen, su ciclo de vida útil. Gracias a las correcciones regulares, cabe destacar, las garantías conservan su validez por más tiempo. Además, al preservar el buen estado de los equipos, es mucho más factible incluirlos en programas de renta o ponerlos a la venta con resultados financieros favorables.

Pérdidas reducidas.

Planificar el mantenimiento de tu infraestructura te permite determinar el mejor momento para llevar a cabo las labores de inspección y corrección, con lo cual las pérdidas por tiempos de inactividad. Asimismo, la gestión anticipada te brinda el tiempo suficiente para concluir tus metas, modificar tus cronogramas y adecuar tus espacios para que los trabajos de inspección y reparación se lleven a cabo satisfactoriamente.

Ahorros garantizados.

Adoptar una estrategia preventiva para el mantenimiento de tus equipos reduce las fallas imprevistas en tus activos, lo que a su vez disminuye la necesidad de recurrir a la metodología correctiva, cuyas acciones, debido a la urgencia con que se requieren, suelen ser más costosas y conllevar más tiempo de trabajo (lo que propicia pérdidas por tiempos de inactividad no planificados). Además, anticipar las revisiones y reparaciones te permite adquirir herramientas y refacciones con la tranquilidad suficiente para buscar las mejores cotizaciones, sin sucumbir a compras de pánico provocadas por la emergencia.

Mayor productividad.

Los beneficios del mantenimiento preventivo pueden sintetizarse en una palabra: optimización. Renovar periódicamente tu infraestructura evita interrupciones en tus sistemas de producción e incluso los vuelve más eficientes, gracias a la introducción constante de mejoras. De esta manera, tu negocio puede operar sin inconvenientes por más tiempo, lo que impulsa la productividad y, por consiguiente, las ganancias.

Seguridad fortalecida.

Un plan de inspecciones y reparaciones planificadas mejora las condiciones de tu equipamiento y, por lo tanto, las condiciones de seguridad laboral para los trabajadores. Igualmente, un entorno limpio, ordenado y bien acondicionado crea sentimientos de confianza y comodidad, lo que mejora el desempeño de los empleados.

¿Cómo lo implemento?

 

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Para obtener todos los beneficios del mantenimiento preventivo, lo mejor es contratar a una empresa como Mantenimiento HC, la cual te ofrece un servicio integral para optimizar tus equipos e instalaciones. Una vez que cuentes con la asesoría de los expertos, asegúrate de que su trabajo cumpla los siguientes indicadores: 

  1. Objetivos cuantitativos: establece metas que sirvan como base para desarrollar tu plan de mantenimiento. 
  2. Registros: revisa y ajusta tu presupuesto, realiza un inventario de equipos, herramientas y piezas de refacción, y elabora informes donde se detallen las actividades de cada sesión de trabajo.
  3. Documentación: los técnicos consultan los manuales y las garantías de cada uno de los equipos que intervendrán. 
  4. Planificación: se diseña un plan de trabajo anual cuyos objetivos sean el punto de partida para las rutas críticas de cada mes.   
  5. Ejecución: se lleva a cabo el plan de trabajo en apego al cronograma. Para esta fase, es indispensable contar con los materiales necesarios para realizar las tareas programadas sin retraso y en estricto apego a los estándares de calidad y legalidad.

¿Estás interesado en implementar las estrategias del mantenimiento preventivo en tu negocio? Contáctanos ahora y solicita una cotización personalizada para optimizar tus instalaciones hospitalarias y corporativas. 

Mantenimiento Hospitalario y Corporativo (MHC) es la respuesta inmediata que necesitas para prevenir, detectar y corregir toda falla que afecte el excelente funcionamiento de tu instalación, equipo o infraestructura.

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